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¿Instinto maternal o instinto peleonero?


Desde que mi hijo fue diagnosticado con autismo siempre estoy tratando de obtener conocimiento y nuevas técnicas que me ayuden a entender el síndrome. Prueba de eso es que nos hemos negado como padres, a medicarlo para que duerma o deje de tener movimientos nerviosos. Es decir, la terapia de cepillarlo, de hacerlo que vea los ojos, la terapia de hacerlo entender con palabras y mostrarle este mundo en el que le tocó vivir es la usamos y nos ha dado resultado.

Las tareas y actividades de Aarón siempre son compartidas, esta vez me tocó a mi llevarlo al salón de belleza. Lo llevábamos a un lugar y lamentablemente cerraron el salón y me tocó mí, (por mi buen pulso) ser la peluquera. Y bueno hoy, Mayo 12 del 1016 decidí llevarlo a cortarse el cabello ya que me cansé de hacer experimentos, además porque mi hijo debe saber que allá afuera hay una sociedad cruel, desordenada y rápida que no combina con el orden y clasificación tan milimétricamente perfecta que existe en sus hábitos de vida.

Y bueno le puse el ojo a una peluquería que queda cerca de mi casa con poco escándalo y atentida por latinos, es decir, que más, un lugar donde está la raza. En el camino iba a explicándole a mi hijo que se iba a ver mejor con el pelo más corto, que no debía llorar si escuchaba escándalo y que yo iba a estar con él, "after they cut your hair we can go to the store to buy a lollipop ok mijo?". Pero en el momento en el que abrí la puerta Aarón soltó un gritó y la chica que nos vio me dijo: deje que se calme y después entran cerrandome la puerta y yo me senté con mi hijo en las bancas de afuera tratando de convencerlo.

Después de explicarle y calmarlo finalmente él entró al salón y cuando la chica lo vio hizo una cara de desprecio total y ademanes muy obvios a la otra chica que ella no quería atenderlo. Es decir, ni trató de disimularlo. En ese momento me sentí tan pequeñita, tan impotente, sentí una bofetada, es indescriptiblemente la gama de sensaciones negativas que me invadieron. De pronto vi a mi hijo sentado en la silla y yo preguntando si podían atenderme que decidí con esa actitud de derrotista de "okay no se preocupe yo me voy".

No sé, pero algo pasó cuando salí, que me hizo regresar y le dije, a la chica: "Para la próxima vez sea honesta y díga que no quiere cortar el cabello, usted cree qué no vi la cara de desprecio y de asco con miedo que está haciendo solo porque mi hijo gritó". La dueña del salón trataba de excusar a la chica diciendo que era porque tenía miedo dañar a mi hijo, pero era más que obvio. Me enfrentaba a una discriminación y no pude contenerme entre otras cosas les dije que ellas no estaban obligadas a saber sobre el autismo, porque, por si no se habían dado cuenta mi hijo era autista no un niño agresivo maleducado que estaba haciendo pataletas por gusto. La dueña del salón seguía ofreciéndome disculpas y la chica me miraba con cara de disgusto. Un señor que se estaba cortando el cabello ofreció darme su turno y que la otra chica se lo cortara. Le agradecí y le dije que no, que ya no era viable.

Salí del salón y sentí culpa y vergüenza. No sé si hice bien en hacer el show (sin groserías, aclaro). No sé si debí aceptar que la otra muchacha le cortara el cabello a mi hijo, no sé si el señor me ofreció su turno por lástima o porque el estaba más consciente de la situación.

Mi única respuesta es: no sé. Regresé a la casa y mientras Aarón se duchaba salí al balcón a llorar desconsoladamente, una por rabia, otra por impotencia, otra por haber perdido el control de esa manera y no haber enfriado mis sentimientos y dar la vuelta sin decir "ni mierda". Aún no puedo verlo con mente fría. Sin el ánimo de comparar no imagino lo que pasan otros padres cuando el síndrome es más fuerte, cuando son niños non-verbal.

Quizá quimicamente no hice click con la chica. Quizá ella si sea una odiosa y está acostumbrada a hacer ese tipo de ademanes. Lo único que sí sé es que este día inevitablemente ella aprendió una lección y ojalá se tome el tiempo de averiguar que es el autismo y yo aprendí a que no siempre puedo controlar las situaciones menos cuando se trata de defender a alguien que amo profundamente.

















































Comments

  1. Amiga, uno no puede ir por la vida bajando la cabeza ante los abusos y la discriminación. Tu reacción fue perfectamente normal y comprensible, discriminaron a quien tanto amás, por quien tanto has luchado. Lo juzgaron por un simple grito sin saber de sus luchas, sus retos y los grandes obstáculos que ha tenido que enfrentar y superar. No seas tan dura con vos misma, lo que hiciste no estuvo mal, al contrario, admiro tu autocontrol. Yo le hubiera prendido fuego a la fucking peluquería. XD
    Un abrazo y mucho ánimo, lo que pasó hoy es justamente lo que quieres enseñarle a Aarón, que vivimos en una sociedad desordenada llena de gente ignorante y estúpida y que tendrá que aprender a lidiar con ella y a no dejarse discriminar. Besos!

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  2. Totalmente cierto, ella no sabe todo lo que a este le toca luchar contra sí mismo para encajar. No se vale. He visto a otras personas armas más broncas por cosas mucho menores.

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  3. No se puede tener una actitud de tolerancia ante situaciones como esta que describís. Las madres siempre defendemos los derechos de nuestros hijos a ser tratados como seres humanos. Yo tengo dos hijas, una de ellas síndrome de Down, a las dos las he defendido con uñas y dientes. La gente muchas veces aprende más con nuestros exabruptos que con nuestras sonrisas de resignación. Aun cuando al llegar a casa nos sintamos culpables. Como madres de personas con necesidades diferentes, hacemos camino al andar

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  4. No se puede tener una actitud de tolerancia ante situaciones como esta que describís. Las madres siempre defendemos los derechos de nuestros hijos a ser tratados como seres humanos. Yo tengo dos hijas, una de ellas síndrome de Down, a las dos las he defendido con uñas y dientes. La gente muchas veces aprende más con nuestros exabruptos que con nuestras sonrisas de resignación. Aun cuando al llegar a casa nos sintamos culpables. Como madres de personas con necesidades diferentes, hacemos camino al andar

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  5. Lloré contigo y creo que te comprendo en ese sentimiento de impotencia, mi hermano padece síndrome de Down, pero no habla y sus emociones son muy espontáneas y fuertes, al punto que hasta cuando íbamos a in restaurante todos los ven de manera despectiva y es tan difícil no sentir aquella rabia de destrozarle la cabeza a alguien y tener que tratar de guardar la compostura.
    Fue tu primera vez y claro debía pasar y solo tú sabrás como manejarlo en una próxima porque por muchos consejos que uno reciba esos sentimientos son tan reales y tan fuertes que aunque te entrenes siempre se te escapa.

    Animos

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  6. Lloré contigo y creo que te comprendo en ese sentimiento de impotencia, mi hermano padece síndrome de Down, pero no habla y sus emociones son muy espontáneas y fuertes, al punto que hasta cuando íbamos a in restaurante todos los ven de manera despectiva y es tan difícil no sentir aquella rabia de destrozarle la cabeza a alguien y tener que tratar de guardar la compostura.
    Fue tu primera vez y claro debía pasar y solo tú sabrás como manejarlo en una próxima porque por muchos consejos que uno reciba esos sentimientos son tan reales y tan fuertes que aunque te entrenes siempre se te escapa.

    Animos

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